“Cuando las generaciones futuras juzguen a las que vinieron antes respecto a temas ambientales, tal vez lleguen a la conclusión de que no sabían: evitemos pasar a la historia como las generaciones que sí sabían, pero no les importó”. Mikhail Gorbachev.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) propuso, en 1970, la siguiente definición de Educación Ambiental: “Es el proceso de reconocer valores y aclarar conceptos para crear habilidades y actitudes necesarias, tendientes a comprender y apreciar la relación mutua entre el hombre, su cultura y el medio biofísico circundante, también incluye la práctica de tomar decisiones y formular un código de comportamiento respecto a cuestiones que conciernen a la calidad ambiental.”
El pasado 26 de enero se celebró el Día Mundial de la Educación Ambiental, esta fecha tuvo su origen a partir de la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente celebrada en Estocolmo, Suecia, en junio de 1972 donde quedó asentado que la meta de la educación ambiental es “formar una población mundial consciente y preocupada con el medio ambiente y con los problemas asociados, que tenga conocimiento, aptitud, actitud, motivación y compromiso para trabajar individual y colectivamente en la búsqueda de soluciones para los problemas existentes y para prevenir nuevos”.
Hace casi 50 años, en la Carta de Belgrado, (Naciones Unidas. Coloquio Internacional sobre Educación relativa al Medio Ambiente. Belgrado, 1975) quedó asentado que la meta de la educación ambiental es “formar una población mundial consciente y preocupada con el medio ambiente y con los problemas asociados, que tenga conocimiento, aptitud, actitud, motivación y compromiso para trabajar individual y colectivamente en la búsqueda de soluciones para los problemas existentes y para prevenir nuevos”.
A partir de entonces, múltiples actores e instancias gubernamentales, académicas y de la sociedad civil han generado diversas rutas a favor de sociedades más justas y sostenibles.
Los retos para los próximos años pueden circunscribirse a nuevos o anteriores temas, pero de nueva cuenta, como se ha señalado, el mayor reto está en contribuir en la construcción de una ciudadanía formada y comprometida.
Es muy importante en la actualidad fomentar y lograr concientizar a toda la humanidad por medio de diferentes estrategias ambientales, las cuales permitan buscar un cambio de conducta, pensamiento y comportamientos sustentables para el cuidado del medio ambiente y los recursos naturales.
El planeta necesita urgentemente de ciudadanos con educación ambiental y a su vez, una cultura de las generaciones para la conservación de los recursos, uso sostenible del agua, aire, suelo, flora y fauna, por medio de la formación de hábitos ecológicos y actitudes que permitan detener la actual problemática socioambiental que el mismo hombre ha generado por sus actividades insostenibles con su entorno natural.
El Día Mundial de la Educación Ambiental, es un buen momento para entrar en acción.
#CambiaUnaAcciónCambiaTodo.
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