Desmantelando instituciones

Vientos complicados soplan con fuerza en nuestro país tratando de derribar las instituciones que dan sustento a la república, porque son los cimientos de la estructura jurídica que nos costó muchos años construir, para contar con un sistema de pesos y contrapesos que eviten decisiones unipersonales y sobre todo mantengan los equilibrios necesarios para proteger los derechos de los ciudadanos ante un sistema cada vez más autoritario.

Necesitamos leyes y criterios que generen certidumbre jurídica a la inversión, a la propiedad privada, a la generación de empleos y que reconozcan al derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus propias convicciones y valores, no en base a la ideología socialista que pretenden imponer los actuales funcionarios de la SEP a los educandos. Recordemos que donde hay socialismo radical se pierden las libertades, la democracia y la economía se desploma.

Necesitamos mantener los equilibrios necesarios para que se conduzca al país por el camino correcto, sin sobresaltos y sin ataques a quienes piensan distinto, para evitar cometer errores que nos hagan retroceder 50 años cuando menos, perdiendo los mexicanos las libertades que hasta ahora tenemos y que son fruto de muchos años de lucha.

Primero surgió la idea de destazar al INE porque les estorbaba en sus planes de manejar otra vez las elecciones desde la Secretaría de Gobernación, pretendiendo que ésta se convirtiera en juez y parte del proceso electoral. No pudieron lograrlo porque para hacerlo requerían mayoría calificada en las Cámaras, misma que no tenían.

Como no consiguieron su propósito, porque hubo manifestaciones multitudinarias en todo el país rechazando tal intento, hicieron una serie de maromas y actos de prestidigitación para incrustar en la presidencia del INE a una persona íntimamente ligada a MORENA. Media docena de sus familiares trabajan en puestos claves de la 4T. Habrá que estar al pendiente para vigilar que su actuación sea estrictamente apegada a derecho y no se convierta el INE en un árbitro a modo.

Intentaron también restarle atribuciones al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, porque para los partidos políticos constituye un estorbo el que dicho tribunal les pida cuentas, les exija transparencia y sancione a los partidos y candidatos que no cumplan con las leyes y reglamentos vigentes.

Afortunadamente la protesta ciudadana también está logrando su cometido vía redes sociales y ya varios partidos están dejando de apoyar tal iniciativa, ante el franco rechazo popular.

Hay que aclarar que los partidos no son clubes privados, donde frecuentemente las directivas hacen y deshacen a su antojo.

Los partidos políticos se mantienen con recursos públicos y no pueden por lo tanto comportarse como agencia de colocaciones, centros de negocios ni mucho menos clubes de cuates. Tienen que rendir cuentas y hacer buen uso del dinero que reciben, pero sobre todo cumplir con la Ley.

Las redes sociales fueron decisivas en este caso para que los legisladores reconsideraran su voto.

Luego, en una clara muestra de lo que son las ocurrencias legislativas, por unanimidad de votos los diputados aprobaron una demagógica iniciativa que permite ser diputados a personas con una edad mínima de 18 años y secretarios de estado a partir de los 25 años.

Todo esto con tal de conseguir el voto de los jóvenes.

Quiero resaltar el hecho de que un chamaquito o chamaquita de 18 años que acaban de salir de la prepa, no tienen ni la experiencia, ni la preparación necesaria para poner en sus manos una labor tan trascendente como lo es legislar, gestionar y fiscalizar.

Esas tres son las obligaciones principales de cualquier diputado. De aprobarse tal iniciativa en la Cámara de Senadores habría que pagarle de 150 mil a 200 mil pesos mensuales a quienes sólo irían a estorbar y a levantar el dedo, cuando sus padrinos políticos así se lo ordenaran. Un secretario de estado que maneja miles de millones de pesos, a los 25 años carece de la madurez y de la experiencia administrativa y financiera básica para tomar decisiones razonablemente sensatas.

Espero que estas ocurrencias tan riesgosas para la vida democrática del país, no prosperen.

¡No deseamos ir para atrás! ¿No les parece a Ustedes?

Muchas gracias y buen fin de semana.