Obviamente, algunos de sus correligionarios en Veracruz que ahora más que nunca resienten la orfandad política y la exclusión de la nómina gubernamental con las administraciones federal, estatal y municipales de Morena, ansían que el dirigente nacional de Movimiento Ciudadano (MC), Dante Delgado, se postule de nueva cuenta en 2024 a la gubernatura del estado porque ahora sí tendría más posibilidades de triunfar que hace 20 años cuando contendió contra el priista Fidel Herrera Beltrán y Gerardo Buganza Salmerón, del PAN.
Sin embargo, el proyecto político actual del exgobernador sustituto no se reduce a la aldea veracruzana sino a la Presidencia de la República. Y no necesariamente él como candidato, sino como el articulador de una gran alianza nacional ciudadana en torno al partido naranja que lidera. Por eso su reiterado rechazo a sumarse a la alianza del PAN-PRI-PRD, actitud reacia que no se debe tanto a los partidos blanquiazul y al del sol azteca sino al del tricolor al que todavía parece guardarle un gran resentimiento desde que hace 26 años fue prácticamente secuestrado y encarcelado en el reclusorio de Pacho Viejo por una serie de delitos que se le imputaron extemporáneamente ya que la acción penal había prescrito, como lo confirmaría finalmente un juez federal.
Y es que pese a la desaprobación de varios de sus partidarios y excolaboradores, en 2018 Dante sí accedió a aliarse con PAN y PRD, tanto en la contienda presidencial que postuló al panista Ricardo Anaya como en la sucesión estatal de Veracruz, en la que el candidato a la gubernatura fue Miguel Ángel Yunes Márquez, el primogénito del entonces gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, a quien no sólo se le atribuyó haber operado su detención en diciembre de 1996 en la Ciudad de México sino hasta condicionarle también acudir al sepelio de su padre solamente esposado, lo que Delgado Rannauro no aceptó.
Hace más de cuatro años, en la víspera de la sucesión presidencial y estatal a la que pretendían sumar a Movimiento Ciudadano a la alianza PAN-PRD que en 2016 lo había llevado a la gubernatura, Yunes Linares trató de exculparse esparciendo la versión de que ni él ni su jefe, el entonces gobernador Patricio Chirinos, habían actuado por sí solos sino que la instrucción había procedido de Palacio Nacional debido a diferencias políticas y personales de Dante, a la sazón Procurador Agrario y comisionado especial del Gobierno de la República en el estado de Chiapas, con el presidente Ernesto Zedillo.
Sin embargo, en una larga entrevista que el pasado 20 de mayo le hizo el periodista Enrique Crown, del portal de noticias “Crónicas Atómicas”, de Saltillo, Coahuila, Heriberto Galindo, un político sinaloense que fue enviado como delegado del CEN del PRI a Veracruz para preparar la sucesión estatal de 1992, relató que recientemente se encontró a Zedillo en París, y que el expresidente negó rotundamente haber ordenado encarcelar al exmandatario veracruzano.
Galindo dijo que se lo contó a Dante y que el líder de MC, moviendo las manos, le expresó: “Lo permitió, él lo permitió’.
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