Cuenta la historia que esta tradición que se relaciona con una forma para despedir el año tiene antecedentes de casi siglo y medio.
Y es que el tradicional viejo es una mezcla de baile, fiesta, bebidas según cada región veracruzana, alimentos regionales que hacen infaltable a los buñuelos y las hojuelas - al estilo del sotavento - y que adornan el último día de diciembre, aunque desde antes de la navidad ya pasen y cantan con el disfraz del viejo, la viuda e hijos por las calles, avenidas, callejones y en las esquinas con semáforos me casi todas las localidades.
No hay vecindad o colonia donde el tradicional viejo deje de colocarse en una silla, tronco de árbol o pared, y que se representa por una especie de muñeco caracterizando a un anciano con barba, sombrero o gorra y con una simulada botella de alcohol en sus manos, y que entre los trapos se le colocan cuetes que sirven para la quema a la media noche del 31 de diciembre.
Mis abuelos paternos y maternos, en la región sur de Veracruz: San Andrés Tuxtla, Cosamaloapan, Coatzacoalcos y en Juan Díaz Covarrubias, municipio de Hueyapan de Ocampo, nos fueron enseñando esta tradición vinculada a las buenas costumbres de familia, y que además son parte de la alegría en el estado de Veracruz.
Desde la primaria en el sur del estado, el viejo es una festividad popular que se asemeja a las fiestas de carnaval, lo que en resumen lo hace parte de la cultura nuestra, pues el simbolismo está ligado a la danza y el canto.
Esta forma de celebración se viene extendiendo fuera del estado y, creo, que del país, pues tengo amistades y familiares que radican en el exterior y buscan de alguna manera armar la fiesta de fin de año con al menos la letra entonada de viejo...
Una limosna para este pobre viejo;
Una limosna para este pobre viejo;
Que ha dejado hijos
Que ha dejado hijos
Para el año nuevo
Para el año nuevo
Ahí viene el viejo muriéndose de risa;
Ahí viene el viejo muriéndose de risa;
Porque a media noche;
Porque a media noche;
Lo vuelven ceniza;
Lo vuelven ceniza.
Los cantantes y artistas de Veracruz, en sus diferentes géneros de música y cultura, suelen promover la figura del viejo. Esta acción podría potenciarse a gran escala entre las Secretarías de Turismo y la de Cultura del Gobierno del Estado.
Desde aquí propongo que en cada oficina del Gobierno de Veracruz, con sede en toda localidad, sea colocado un muñeco que represente al viejo muriéndose de risa.
Hablemos bien de Veracruz, y en ese orden nuestras tradiciones permiten que se contribuya a hacerlo con la alegría para conservar, preservar y fortalecer con acciones culturales hablar bien de Veracruz, así como de la población.
Y, por cierto, bebidas como el ponche y los toritos, están ligados al viejo, y muy en especial en regiones donde se siembra caña y produce azúcar y se destila alcohol en los ingenios que tienen asiento en nuestra geografía.
Que, por cierto, en unos días iniciarán zafra - molienda de caña en fábricas de azúcar - y renglón del desarrollo económico e industrial donde se pide y espera que el Gobierno de Rocío Nahle aporte esfuerzos en el rescate y fomento de la industria, estímulo a los cañeros y trabajadores de las factorías.
En Veracruz somos un estado con poco más de 8 millones de habitantes y existen 18 ingenios azucareros en producción hasta hace seis meses, de las 49 factorías en México, lo que equivale al 36% de ellas, y se traduce en empleo directo para 1 millón de personas, lo que significa el 12% de la población.
La caña de azúcar es parte de nuestra espina dorsal - de la economía estatal y nacional - como lo ha venido diciendo la Gobernadora Nahle: "El campo debe ser fuente de trabajo productiva".
Por cierto, esta semana empezaron las pruebas en los ingenios para así verificar la etapa de reparación de la infraestructura industrial que durante casi seis meses por normativa se les hace a las factorías.
Esperemos que la SADER (antes SAGARPA) y Secretaría de Economía - dependencias del Gobierno de la República, y la SEDARPA, SEDECOP y otras entidades públicas del estado en Veracruz, se acerquen a industriales, cañeros y azucareros, que evite la vulnerabilidad social de este bastión de la población.
Y es que, en Ingenios como El Carmen ubicado en Ixtaczoquitlán (región de Orizaba), sin descontar algunos más, vienen presentando dificultades los industriales por pasivos a productores de caña y trabajadores de las fábricas, situación que sumado a las deudas con organismos como el IMSS, INFONAVIT, SAT, FONACOT y algunas más, complicaría la existencia de esta fábrica de azúcar.
¡ES CUANTO!
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