Si te cuesta hablar sobre tus emociones y sobre la salud mental, no estás solo. México es el segundo país en el mundo como mayor estigma hacia las condiciones emocionales. Tristemente, eso nos está costando mucho, porque al no hablarlo, no se puede atender a tiempo y nos arriesgamos a que se conviertan en condiciones seriamente incapacitantes. Antes de la pandemia, un 75% de los trabajadores mexicanos decían sentir estrés laboral y, sabemos que estos números han incrementado con la pandemia y el trabajo remoto.
Si tienes síntomas de estrés laboral, lo mejor que podemos hacer es poner el tema sobre la mesa, y conversar con la gerencia sobre alternativas que ayuden a proteger tu salud emocional y, por ende, tu productividad laboral y la inversión que la empresa ha hecho al contratarte y capacitarte.
¿Qué decir?
Antes que nada, debes sentir comodidad con la idea de que vas a compartir información personal. No tienes que hacer el cuento completo, solo explica que no te estás sintiendo bien, los síntomas que enfrentas, qué aspectos del trabajo están exacerbando ese malestar y algunas ideas que puedas tener para manejar la situación. Por ejemplo, conseguir apoyo de algún colega por un tiempo limitado, ajustar las fechas de un proyecto, tomar unos días de descanso absoluto, o que te refieran a algún profesional de la salud.
Si ya tienes un diagnóstico médico, considera si es relevante compartirlo o simplemente haz referencia a que existe documentación de ser necesaria.
De igual manera, plantea cuánto consentimiento hay para que la información que estás dando se comparta. Considera que si se necesitará divulgar alguna información para poder hacer los acomodos necesarios. Si esto te preocupa, explícale a la persona con la que platicas, que te sientes un poco expuesto y pídele que te de la tranquilidad de que puedes confiar en que se dará la menor información posible y solo a las partes concernidas.
No tengas expectativas de que se encontrará una solución de la primera, si ocurre, magnífico, pero usualmente es necesario un poco de tiempo para que se puedan llevar a cabo consultas, y ajustes. Pide que te den un estimado de tiempo de cuánto demorará esa gestión y no tengas pena en darle seguimiento cuando se cumpla el plazo.
Es normal que luego de tener la conversación, te sientas con preocupación por la percepción que ahora se pueda tener sobre tu persona o porque sientas que hayas dicho demasiado. Piensa de que estás haciendo algo por tu salud, tu bienestar y que no hay vergüenza alguna en sentirte como te sientes. Las condiciones emocionales son tan naturales como las físicas, cosas que uno no controla y simplemente ocurren, y de ninguna manera son fragilidad de carácter o falta de voluntad.
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